Isabel Rosique
"Isabel Rosique"
Acrílico sobre lienzo
116 x 89 cm
2012

Isabel Rosique Molina (Barcelona, 1926)

Nace en Barcelona, en el barrio de Gracia. Se cría en una portería junto a sus dos hermanos. Su padre, Bartolomé Rosique, es impresor, juez de paz, masón y militante de Esquerra Republicana en la Seu d’Urgell.

En julio de 1936, cuando se produce el golpe militar contra la Segunda República, el padre de Isabel se encuentra en Madrid. Isabel y sus hermanos son enviados a casa de un tío durante unos días. Al regresar a Barcelona recuerda ver caballos muertos tendidos en la Plaza de Cataluña. A finales de 1936 Bartolomé acude a un congreso en París y lleva allí a Isabel, que permanece en Francia en casa de unos amigos de la familia con la idea de que aprenda francés y posteriormente pueda viajar a Francia el resto de la familia y evitar el conflicto bélico. En marzo de 1937 Isabel regresa a Barcelona y se reúne con el resto de la familia que entonces vive en las Escuelas Pías, en Sarriá. Bartolomé trabaja entonces para el Socorro Rojo Internacional. Isabel acude a un colegio montado por cuáqueros ingleses en Pedralbes.

Una madrugada de comienzos de 1939 el padre de Isabel llega del frente y les dice a todos que deben marcharse. Han de recorrer 26 kilómetros a pie. Para animarles a hacerlo, Bartolomé  les va tirando durante el trayecto una pelota a Isabel y sus hermanos que estos van recogiendo. Luego consiguen que un camión les lleve hasta Figueres. Durante el trayecto, tienen que esquivar un ataque de aviones que les ametrallan. En Figueres pasan dos días en las oficinas del Socorro Rojo Internacional, tras los cuales parten bajo la lluvia y el frío hacia La Junquera. Llegan a la frontera al amanecer. Allí les tienen formados bajo la lluvia hasta las cuatro de la tarde. Cuando por fin atraviesan la frontera son conducidos a unas instalaciones de la Cruz Roja donde son vacunados. De allí son trasladados a una estación de ferrocarril donde toman un tren rumbo a Donzy. Allí permanecen en un centro para refugiados.

El padre de Isabel queda internado en el campo de concentración de Argelés-sur-Mer hasta que el prefecto de Perpignan consigue sacarle y llevarle a Macon. Consigue traer a su familia junto a él y permanecen allí hasta que con la ayuda del prefecto de Perpignan consiguen pasajes para embarcar en el Sinaía. El barco parte de Séte a finales de mayo de 1939. Desde Séte hasta Gibraltar son perseguidos por buques de guerra españoles. Al atravesar el estrecho de Gibraltar el escritor Antonio Zozaya lee al resto de los pasajeros un discurso de despedida de España que Isabel todavía recuerda. En el barco ella y su madre duermen en la parte de arriba con más mujeres y el padre y los dos hermanos en las bodegas. Recuerda que con ellos viaja la Orquesta Madrid que todas las noches toca para los pasajeros. El 13 de junio llegan a Veracruz. La primera noche tienen que dormir en un barco. Después toda la familia es enviada a Ciudad de México donde reciben ayuda del SERE (Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles) para poder alojarse en un hotel. El SERE monta un comedor para alimentar a los refugiados. Allí trabajan las mujeres refugiadas por turnos. Pasado un tiempo los padres de Isabel conocen a un matrimonio mexicano que también eran masones con los que traban amistad y que les ayudan a instalarse en un piso.

Isabel pasa temporadas viviendo en casa de Dora Pascual Monje, conocida como la maestra Dorita, refugiada española que llega a ser un referente importante para el exilio republicano en México. Durante esos años Isabel estudia en el Ruiz de Alarcón,  el Colegio Madrid y el Instituto Hispano. A los quince años deja los estudios, debido a que su madre por motivos médicos se ve obligada a dejar de trabajar. Ella comienza entonces a trabajar para ayudar económicamente al sustento familiar. Trabaja primero como envolvedora y luego de cajera. A los dieciocho años se casa con un ciudadano mexicano y suspende su actividad laboral. Tiene cinco hijos. En 1972 vuelve a trabajar, durante quince años más, en una tienda de muebles.

Uno de sus hijos, estudiante de filosofía, es uno de los cabecillas de las revueltas de 1968 en las que el gobierno mexicano reprime con extrema violencia las protestas estudiantiles. Isabel logra sacar a su hijo de México y mandarle para España donde permanece un tiempo tras el cual marcha a Italia. En 1976 Isabel marcha a Italia a visitar a su hijo. Después viaja a España por primera vez desde que partió hacia el exilio. Allí descubre con indignación que sus sobrinos desconocen que tienen familiares en México.

Afirma sentirse en su tierra cuando regresa a España pero no puedo evitar extrañar México cuando lo hace, y extrañar España cuando está en México. Lamenta que la iglesia siga teniendo tanto poder en España, y que la justicia española se haya negado a investigar los crímenes del franquismo.

Fuentes:

  • Entrevista a Isabel Rosique, 9 de marzo de 2012. México DF.
  • Portal Movimientos Migratorios Iberoamericanos de la Subdirección General de los Archivos Estatales del Ministerio Cultura de España. (http://pares.mcu.es/MovimientosMigratorios).